El escandaloso destape de los audios de Business Track (BTR) y del millonario negociado de tierras por parte de funcionarios del Organismo de Formalización de la Propiedad Informal (Cofopri) ha terminado por marcar un antes y un después en la relación entre el presidente Alan García y la máxima dirigencia del Partido Aprista.
El nivel de tensión ha llegado a tal punto que algunos integrantes del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) se han tomado la licencia de acusar de “desleal” y “chantajista” al mandatario, y de cuestionar abiertamente su pedido de renuncia a los dos secretarios generales del Apra, Jorge del Castillo y Omar Quesada.
“¿Qué se creerá García?, ¿un reyezuelo?”, se escuchó decir la noche del viernes en la reunión del CEN, en la que –según revelaron fuentes confiables de Perú.21 – se pudo identificar al ex diputado Carlos Roca Cáceres; al hasta hace poco secretario general de Cofopri, Julio Calderón; y a Carlos Armas Gamarra, hijo del ex congresista Carlos Armas Vela, entre los críticos más ácidos del mandatario.
Pero no solo ellos le lanzaron dardos verbales al ausente García. También lo hizo el secretario general político, Jorge del Castillo, quien –de acuerdo con versiones recogidas por Perú.21 – no solo se negó a dar un paso al costado, sino que le enrostró a la dirigencia su fidelidad a García y, enseguida, vociferó que este era “un desleal” y que él no aceptaba chantajes.
A estas alturas y ante un Javier Velásquez dubitativo y sin ningún manejo de la situación, numerosos dirigentes dieron a conocer su fastidio por los calificativos de “ratas y miserables” con que el presidente deslindó días atrás frente a los actos de corrupción perpetrados en su gobierno.
En este escenario y con un CEN dominado totalmente por allegados a Quesada y Del Castillo, el premier retrocedió en su afán de someter a consulta el pedido del presidente del partido, acordándose finalmente –como ya se informó– solicitar una reunión con Alan García.
MILITANCIA EN SUSPENSO. Fuentes del Ejecutivo, por su parte, señalaron a Perú.21 que, si hasta hace una semana el presidente tenía disposición para escuchar a sus secretarios generales, la situación ahora –tras las denuncias que involucran a Cofopri – ha cambiado radicalmente.
“García no ha aceptado escuchar nuevos descargos ni de Del Castillo ni de Quesada, y solo le ha dado instrucciones a Velásquez. Es cierto que ha planteado la posibilidad de una recomposición del gabinete con independientes y apristas probos, pero también ha deslizado la posibilidad de evaluar la suspensión de su militancia”, comentó la fuente. Quizá por eso el miércoles fue el propio García quien señaló que espera que su partido analice la situación y a partir de allí él tomará las decisiones que más le convengan a la nación.
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